Su relación con el euskera es tormentosa. A veces lo rechazan con vehemencia, otras lo aman con pasión. Pero a estas alturas de sus vidas ya saben que no pueden vivir sin él.

Recientemente han sufrido la última y más dolorosa de sus frustraciones: tras cuarenta años de concienzudo estudio, se presentaron al examen de titulación, para conseguir pasar, de una vez por todas, del estatus de euskaldunberri al de euskaldun a secas. Pero tras sortear todos los obstáculos, un lamentable incidente en el examen oral ha echado por la borda todo su esfuerzo.

Ahora han decidido subirse al escenario para hacer pública una propuesta revolucionaria, que en su opinión, solucionará todas las angustias y frustraciones de los estudiantes de euskera: “El manifiesto del Euskera Sencillo”.

Tres amigos. Uno necesita urgentemente un trasplante de páncreas. Otro tiene previsto suicidarse al cumplir los 60, para esquivar un Alzheimer hereditario. El tercero les junta para plantear que este último, que acaba de cumplir 59, adelante su suicidio y done al primero su páncreas.

A partir de ese momento los acontecimientos se precipitan obedeciendo a un axioma de la física moderna: todo lo que puede suceder, por extraño que parezca, acaba tarde o temprano sucediendo.

Escrita por Patxo Telleria y Jokin Oregi, con la dirección de este último. Está interpretada por un único actor que encarna a tres personajes diferentes, saltando de uno a otro indistintamente, en un vertiginoso juego teatral.

En escena hay tres personajes, efectivamente, pero sus discursos, aun siendo totalmente diferenciados, están perfectamente enlazados, ya desde el propio texto, la propia dramaturgia, hasta conformar un único texto calidoscópico. El actor pasa de un personaje a otro mostrándonos las reacciones de cada uno de ellos ante cada estímulo. La acción o discurso emprendida por uno de los personajes la retomará, con un sentido diferente, el siguiente. La misma acción provocará reacciones diferentes, la misma palabra, incluso, podrá tener significado contrapuestos según quien la dice. La experiencia, el experimento farmacológico, resultará además bastante “exigente” y permitirá al espectador ir descubriendo capas ocultas de sus personalidades.